Y puede ser que me intriguen esas caricias que jamás me diste, pero todo mi sufrimiento y mi dolor se fueron día tras día al no visualizar mas tus ojos. No volví a caer en la perdición, esa hermosa y dolorosa perdición que fue amarte sin razón, la cual, se convirtió en mi adicción porque sin importarme que me hiciera daño y que me destruyera el alma, seguía creyendo ciegamente en ti.
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