Y si cada día trato de visualizarte en mi cerebro y que mi corazón palpite con ansias al mencionar tu nombre, no fue solo por mi decisión, es porque eres mi meta para ser feliz.

Y si creí como una ingenua que iba a ser tu futuro, hoy luego de tantos meses he destapado la venda que tenían mis ojos, y he sabido comprender la triste verdad. Triste es en verdad encontrarte y comprender, al fin, que la ilusión fue mas fuerte que la razón.
Todos estos largos meses he creído en tu mirada, he aceptado tu mano dura y me he chocado contra el mundo entero con tal de seguir a tu lado pero todo fue en vano; todos estos años me he volcado absolutamente y plenamente en ti porque eras mi único pecho, en el cual, resguardarme y hoy, al darme cuenta que todo en realidad fue una ilusión mía y que nuestros sueños en realidad eran solo mios, caigo de ese mundo y vuelvo a sentirme sola

Soy hueso, soy carne, soy llanto y soy desahogo.
Me miro y cada vez que me visualizo en un espejo veo lágrimas y me pregunto ¿Soy yo? Y hay una simple y negativa respuesta, sí soy esa mujer que cada día respira sin un porqué, que está de pie por cuestiones divinas y sonriese para cubrir lo que en realidad siente.
Te miro y me pregunto ¿Sos esa famosa alma gemela? De que sirvió depositarme todo este tiempo entre tus brazos y querer entender el mundo mirándolo de a dos, de que me sirvió refugiarme en tus palabras si todas ellas se convirtieron en golpes y tu sonrisa ya no me brindó felicidad sino temor... Y cada vez que pasa el tiempo, sigo tapando mi amargo sabor a tristeza, con una sonrisa.
Te miro y quiero ver en ti una esperanza...