jueves, 15 de julio de 2010


Callar, ocultar y no entender las razones de por que hoy en día mi camino a seguir es este, aunque por dentro grito mi verdadero sueño de seguir hundida en mi propia mentira, sentir su piel otra vez, rozar sus labios hasta envenenarme totalmente con su mal, hasta no poder parar de llorar, y ahora, sola junto a mi desolada recámara, sin entender como pasan las cosas tan rápido, el sudor que recorría mi piel ahora se convirtió en escalofrío y lo único que se desliza son pequeñas gotas de cristal que asemejan la ruptura de mi corazón.

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