lunes, 22 de febrero de 2010


Y yo fui la tonta que creyó en tu palabra, que se entrego al juego y la pasión sin importar que luego te marcharas, y que me dejarías abandonada en un laberinto sin poder entender donde quedaron tus palabras de amor eterno. Y ahora me encuentro sola en esta pieza, junto a mi soledad y con una lágrima que le hace compañía significando el fin de esta situación tan desesperante.
Creo que fue una de las mejores experiencias de mi vida, jamás podré olvidar el olor a tu sudor y tus manos deslizándose como terciopelo sobre mi cuerpo. Nunca me olvidare de las mentiras amorosas que me jurabas, jamás podré olvidar esa forma tan especial de mirar que tienen tus ojos. Y perdóname por haberte entorpecido, no era mi intención.
Y ahora te marcharas lejos, sin importar que a través de cada amanecer una fiel alma te llora cada noche, te piensa cada mañana, te sueña cada noche. Y jamás va a poder entender porque es mucha mujer para un rato y poca mujer para toda la vida…

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